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Es hora de que los inversores hagan más por avanzar en la reconciliación

La Gaceta de Montreal

Por Mark Sevestre y Kevin Thomas

Aunque los pueblos indígenas han tenido una presencia visible y cada vez mayor en la vida empresarial, política y cultural de Canadá, cuando se trata de los dólares de inversión de los canadienses, los derechos y la cultura indígenas siguen siendo con demasiada frecuencia una idea tardía. Las consecuencias pueden salir caras: el oleoducto Trans Mountain sigue paralizado por no haberse consultado adecuadamente a las comunidades indígenas.

Pero la concienciación no consiste sólo en evitar riesgos. También hay oportunidades para que los inversores participen en la creciente economía indígena.

Ha habido algunos brotes verdes de interés en todo el país. Pero podemos hacer mucho más.

En su informe final, la Comisión de la Verdad y la Reconciliación hizo un llamamiento a todos los sectores de la sociedad canadiense para que contribuyeran a la reconciliación. Si queremos conseguir cambiar para siempre la dinámica de poder entre indígenas y no indígenas en Canadá, es necesario que los inversores se unan al creciente movimiento de reconciliación económica.

Esta semana, en la conferencia de la Asociación de Inversión Responsable de Montreal -la mayor reunión de inversores responsables de Canadá- hablaremos de los pasos que pueden dar los inversores para avanzar hacia la reconciliación en su papel de empleadores, de actores económicos clave y de proveedores de capital en toda la economía canadiense.

Los inversores pueden empezar por conocer las culturas y las historias de los pueblos indígenas y reconocer los fundamentos jurídicos e históricos de sus derechos. Esta toma de conciencia puede ayudar a los inversores a comprender en qué medida los proyectos y las prácticas de las empresas pueden afectar a esos derechos. Esa comprensión puede desarrollarse aún más estableciendo relaciones con organizaciones, empresas y personas indígenas, incluso como empleados, proveedores y socios comerciales.

A la hora de tomar decisiones de inversión, los inversores pueden buscar empresas que hayan tomado sus propias medidas para aplicar políticas de participación indígena. Empresas como CN Rail y Bank of Montreal han obtenido la certificación de Relaciones Aborígenes Progresistas (PAR) del Consejo Canadiense de Empresas Aborígenes, que reconoce a las empresas que han desarrollado un enfoque global para mejorar los resultados económicos de los indígenas en Canadá.

Los inversores pueden apoyar aún más la reconciliación utilizando su voz como accionistas para influir en las empresas de las que son propietarios, ya sea comprometiéndose con la dirección de la empresa para fomentar políticas y prácticas de reconciliación más sólidas, o votando sus acciones en las juntas anuales de forma alineada con la reconciliación.

Por ejemplo, dentro de unas semanas, los inversores de TransCanada Corporation tendrán la oportunidad de votar a favor de una propuesta de los accionistas presentada por el Plan de Pensiones de la Iglesia Unida de Canadá, en la que se pide a la empresa que explique a los accionistas cómo respeta en sus actividades comerciales las normas internacionalmente reconocidas sobre los derechos de los pueblos indígenas. Utilizar el voto delegado para exigir responsabilidades a las empresas es un derecho y una responsabilidad de los accionistas.

También hay un número creciente de oportunidades para invertir directamente en la economía indígena, aunque la disponibilidad de productos invertibles sigue siendo limitada. No obstante, se están desarrollando nuevos productos, muchos de ellos por parte de instituciones financieras indígenas y organizaciones como la Autoridad Financiera de las Primeras Naciones y la Asociación Nacional de Corporaciones de Capital Aborigen.

El jueves publicamos un informe, Advancing Reconciliation in Canada: Guía para inversores, en el que se detallan los pasos que pueden dar los inversores para que la reconciliación económica forme parte de su práctica. Este informe, fruto de la colaboración entre la National Aboriginal Trust Officers Association (NATOA) y la Shareholder Association for Research & Education (SHARE), señala las formas en que los principales inversores pueden valorar la reconciliación como parte de su proceso de inversión.

El primer paso, sin embargo, es el reconocimiento de que la reconciliación tiene un papel en la práctica de la inversión, y viceversa. Ese reconocimiento ayudará a liberar el enorme potencial que tienen los inversores para contribuir al proceso de reconciliación y crear un Canadá mejor y más próspero a largo plazo.

Mark Sevestre es presidente de la National Aboriginal Trust Officers Association (NATOA), organización benéfica dedicada a proporcionar a los pueblos indígenas los recursos y la información necesarios para crear y gestionar fideicomisos. Kevin Thomas es director ejecutivo de la Shareholder Association for Research & Education (SHARE), que presta servicios de inversión responsable a inversores institucionales.

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